martes, 24 de abril de 2012

Próximamente a la venta - The Artist

Ganadora de cinco Óscar, entre otros muchos premios — tantos que sería ridículo citarlos uno a uno—, The Artist (escrita y dirigida por el francés Michel Hazanavicius), que no saldrá a la venta hasta el 24 del próximo mes, puede alquilarse en DVD desde hoy mismo, martes 23 de abril de 2012.

Del filme, que narra cómo dos estrellas de cine mudo viven la transición al sonoro, se han dicho muchas cosas y, la verdad, casi todas buenas. Así, en este vídeo, un elogioso Carlos Boyero (El País) afirma que es una película deliciosa y, para él, lo mejor que ha visto en Cannes. Carlos Marañón, de Cinemanía, no es menos amable en sus palabras, que nos hablan de una obra luminosa y cómplice capaz de alegrarte la existencia, alabando la precisión de su técnica, que, en palabras de Sergi Sánchez (Fotogramas), respeta los cánones del período (...) con sorprendente soltura. Y es que, tantas maravillas escucha o lee uno sobre la película, que llega un momento en que parece que nada en ella se aleja de la perfección. De hecho, la mayor parte de los comentarios negativos los encontramos en artículos escritos sin otro propósito que el de criticarla, como éste que publicaba Daniel de Partearroyo el pasado 17 de febrero en la revista del ya citado Marañón. Lo más curioso es que estos escritos, lejos de debilitarla, no hacen más que potenciar la sensación de que nos encontramos ante algo grandioso. La razón es que, si los analizamos, veremos que sus supuestas debilidades se reducen a que se excede de ñoña o pretenciosa.

Llegados a este punto, vayamos a lo que de verdad importa: ¿realmente es para tanto The Artist? Desde Pase sin entrar, no puedo hacer otra cosa que elogiar sus ya tan reconocidas excelencias: una realización magnífica (que, sin traicionar a la ambientación, resulta ágil y fresca), un trabajo actoral sobresaliente (la sobreactuación de Jean Dujardin y Bérenice Bejo, tan adecuada para el cine al que homenajean, les dota de una transparencia difícil de igualar con el diálogo), una banda sonora de altura y, por supuesto, un ritmo que, pese a lo anticomercial de la propuesta, no decae en ningún momento del metraje. Y ahora, cómo no, llega el pero, que es que todo su encanto es de tipo formal. La historia, lejos de resultar innovadora, peca de simplista y facilona y nos muestra a unos personajes que, de haber sido presentados de un modo más convencional, habrían caído en el olvido por su carácter plano y arquetípico.

¿Debemos considerar esto, no obstante, un verdadero fallo? Yo no diría tal cosa, más que nada porque Hazanavicius busca conmover a través de la estética y, de hecho, eso es lo que hace. Estamos ante un experimento, el intento de actualizar un modo de contar las cosas que, hasta hoy, parecía irrecuperable. Y lo logra, claro que lo logra, pero no hay en su historia nada que pueda considerarse sesudo o transcendental. Estimados críticos cinematográficos: mal que os pese, a nivel guionístico (y permitidme la incorrección de la palabra), The Artist no supera a Suckerpunch.

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